Incluso en pleno año 2020, la identificación biométrica y las inteligencias artificiales (IA) pueden sonar a ciencia ficción, a pesar de estar implementadas en muchos aspectos cotidianos de nuestra vida como cajeros (ATMs) o teléfonos móviles.

Estos dispositivos pueden realizar un muestreo de las caras o huellas de sus usuarios y, a través de algoritmos dedicados a tal fin, crean un mapa virtual de sus rasgos más característicos. De esta forma, permiten desarrollar formas rápidas y seguras de identificación con la ventaja de evitar el contacto físico con otros objetos. En la actual crisis del COVID-19, este tipo de tecnologías han visto aumentada su demanda. El objetivo de realizar una transición a entornos preparados para evitar el contacto a la hora de realizar compras.

Aun así, hoy en día, el sector de los medios de pago tiene mucho camino por recorrer. Aunque ya se han aplicado distintos tipos de identificaciones biométricas en dispositivos Point of Sale -huellas dactilares, reconocimiento de voz, patrones faciales o reconocimiento ocular-, su presencia en el sector es prácticamente residual. Además, existen numerosos retos a la hora de su implantación: independientemente de su desarrollo, hablamos de las implicaciones a nivel legislativo en términos de protección de datos y de integración dentro de las bases de datos de los establecimientos comerciales.

Actualmente, una parte indispensable en el uso de este tipo de tecnología son los tokens -teléfonos móviles, tarjetas u otros dispositivos-, que hacen de puente entre el usuario y el medio de pago. Más allá de ofrecer una nueva capa de seguridad, la mencionada inteligencia artificial de los terminales móviles suponen el verdadero eje del futuro de los medios de pago.

Estos cuentan con los algoritmos necesarios para permitir la identificación del usuario a través de su cara, como puede ser en el caso de dispositivos Apple con Face ID, o a través de la huella dactilar, un sistema ya extendido dentro del mercado de la telefonía. Sin embargo, el verdadero reto de cara al futuro sería incorporar este tipo de tecnología directamente en el propio medio de cobro.

En nuestro país, ya existen varias pruebas piloto de medios de pago utilizando mecanismos, como el reconocimiento facial, para evitar la necesidad de usar una tarjeta o teléfono móvil directamente para pagar.

Un ejemplo de estas pruebas lo tenemos aquí mismo en Madrid: una startup británica, Saffe, y MasterCard pusieron en marcha el pasado año un proyecto piloto para el pago biométrico en los autobuses de la EMT. Esta idea pionera propone un sistema de pago biométrico facial, de manera que, tras registrarse en una app, una cámara instalada en el autobús reconocerá los rasgos faciales a la hora de pagar y cargará el importe del viaje directamente en la cuenta bancaria.

Sin salir de la capital de España, en la Ciudad BBVA, un complejo de siete edificios que alberga la nueva sede de la entidad bancaria, podemos encontrar otros ejemplos de este tipo de tecnología gracias a Veridas, una startup de biometría creada conjuntamente entre BBVA y Das-Nano. Dentro de estas instalaciones, más de 1.000 empleados ya usan una aplicación para automatizar los pagos y han comenzado pruebas con un sistema biométrico de reconocimiento facial.

Estos son solo un par de ejemplo de las enormes posibilidades de los sistemas de identificación biométricos, dado que existen innumerables casos como los impulsados por Amazon en sus tiendas de Norteamérica para el pago a través de la palma de la mano.

A través de un sistema similar mediante el registro de nuestros datos en una página web o aplicación, solo sería necesario implantar un dispositivo compatible para el reconocimiento facial u otro dato biométrico. El proceso de compra podría continuar realizándose por parte de un dependiente del establecimiento e incluso la identificación de los objetos comprados en una cesta a través de un sistema Contactless por parte del propio cliente.

Sin duda, nos encontramos ante una tecnología con un gran potencial de futuro. En Intelligent Data, gracias a nuestro know-how de más de 25 años de experiencia en el sector, estamos perfectamente preparados para el desarrollo de sistemas de medios de pago adaptados a este tipo de tecnología biométrica.

Ejemplo de nuestra experiencia dentro de los campos de la biometría es uno de nuestros productos para el área de defensa, el ID Key. Una microcomputadora biométrica patentada con lector de huella dactilar y sistema operativo Linux.